Carter fue diagnosticado con un tumor cerebral maligno en mayo pasado, apenas dos semanas después de haber cumplido su segunda temporada como coach en el equipo de la Universidad de Palm Beach Atlantic.
Miembro del Salón de la Fama del béisbol, Carter fue seleccionado 11 veces al Juego de Estrellas y en tres ocasiones obtuvo el Guante de Oro a la excelencia defensiva.
"Estoy muy triste de informarles que mi adorado padre se fue a acompañar a Jesús a las 4.10 de la tarde de hoy", escribió la hija de Carter, Kimmy Bloemers, en la página de internet de la familia. "Esta ha sido la cosa más difícil que me ha tocado escribir en mi vida, pero quería que todos lo supieran".
Su hit en la parte baja del décimo inning del sexto juego de la Serie Mundial de 1986 prendió la reacción con la que los Mets vencieron a los Medias Rojas de Boston y luego siguieran adelante hasta consagrarse campeones.
Con el sobrenombre "Kid" (El Muchacho), Carter tuvo una trayectoria de casi dos décadas con los Mets, Montreal, San Francisco y los Dodgers de Los Angeles.
"Su apodo ... refleja cómo Gary vivió su vida", dijeron los Mets, según un comunicado. "Hizo todo con entusiasmo y con ganas dentro y fuera del terreno. Su sonrisa era contagiosa ... Fue un Salón de la Fama en todo lo que hizo".
Fue el primer jugador en ingresar al Salón de la Fama con el gorro de los Expos en su placa. También fue el líder de los Expos la única vez que el club de Montreal se clasificó a una postemporada.
Carter fue un jugador cuya popularidad no se debió únicamente a su talento como receptor y con el bate. Su carismática personalidad, siempre sonriente, tuvo mucho que ver.
Se ganó su apodo cuando se presentó desbordante en entusiasmo para sus primeros entrenamientos de pretemporada, y lo mantuvo a lo largo de su carrera.
"Un exuberante general en el terreno con una sonrisa única que se hizo famoso por sus hits clave y una sólida defensa durante 19 temporadas", reza su placa en Cooperstown.
La placa de bronce le muestra con su amplia sonrisa.
"Gary estaba alegre todos los días", dijo una vez su compañero de los Mets Mookie Wilson.
Con su cabello enrizado rubio que se salía de su casco y una rígida manera de pararse al momento de batear, Carter no tardó en hacerse conocer.
Y respondió en el que fue el momento cumbre de su carrera. Los Mets estaban casi eliminados en la Serie Mundial de 1986, cuando Carter fue a batear con dos outs. No había nadie en base y Nueva York perdía 5-3 ante Boston en la parte baja del décimo inning en el sexto juego.
Carter recordó que al salir a batear se dijo a sí mismo: "'no puedo ser el último out de la Serie Mundial".
Fiel a su palabra, conectó un sencillo al jardín izquierdo contra el relevista Calvin Schiraldi. Kevin Mitchell siguió con un sencillo y Carter anotó desde segunda base con otro sencillo de Ray Knight.
Al cruzar el plato, aplaudiendo, Carter señaló hacia Wilson, quien estaba en el círculo de espera, y volvió a aplaudir.
Poco después, el error de Bill Buckner permitió que Knight anotara para una increíble victoria por 6-5. Carter, con todo su equipamiento de catcher, salió corriendo desde la caseta para sumarse a la celebración en el plato.
Algo que quedó en segundo plano por la remontada es que Carter había empatado el juego con un elevado de sacrificio en el octavo, lo cual permitió irse a extra innings.
En el séptimo partido, Carter produjo la carrera que empató la pizarra en la sexta entrada y los Mets alcanzaron su más reciente consagración.
Además, en ese clásico, Carter pegó dos jonrones sobre el Monstruo Verde en el Fenway Park en el cuarto juego y totalizó nueve remolcadas. Desde entonces, el único jugador que ha conseguido más fue Sandy Alomar Jr. con diez para Cleveland en 1997.
Carter se retiró con promedio de .262, así como 324 jonrones y 1.225 impulsadas. También fijó el récords de outs por parte de un receptor, una muestra de su durabilidad pese a que debió someterse a nueve cirugías en la rodilla.
Fue galardonado dos veces como el jugador más valioso en el Juego de Estrellas.
Lo hizo en 1981 al conectar dos jonrones en el primer juego tras una huelga de peloteros que duró dos meses. Es el único jugador en la historia que ha conectado dos jonrones en un Juego de Estrellas y en un partido de la Serie Mundial.
Además, estableció el récord de juegos detrás del plato en la Liga Nacional, aunque se desempeñó como jardinero derecho con Montreal. Su primer Juego de Estrellas se dio ese año, en 1975, como reemplazo defensivo en el bosque izquierdo por Pete Rose.
Carter también fue reconocido por sus contribuciones fuera del terreno de juego, al recibir el premio Roberto Clemente.
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