viernes, 10 de febrero de 2012

EL NEGRITO DE SAN JOSE....

Juan Vicente Tovar

Por Juan Macedo

El Supercampeón Juan Vicente Tovar, nacido el 24 de mayo de 1950 en la 3° calle de Los Cujicitos, casa N° 37, DDT-425, de la caraqueñísima parroquia San José. De la unión de Pedro Tovar y María León de Tovar nacieron dos hembras, Sergia Rosa y Ana Cristina, además de tres varones: Justo, Julio y Juan Vicente. Este ultimo curso la primaria en la Escuela Antonio Ernest. Los apuros económicos de la familia, lanzan a Juan al mercado de trabajo a corta edad y se convierte en plisador de ropa femenina en el Almacén Maden, de la esquina de Salvador de León. Lejos estaba el pequeño negrito, de atrapar tantos títulos, el exceso de récords, la idolatría de un país entero, la condición de campeón indiscutible y, sobre todo, el de ciudadano ejemplar.

De la promoción a la cual pertenece Tovar León hay varias anécdotas. Ocurrió que los alumnos de la Escuela de Jinetes, dirigida a la sazón por el desaparecido Luis Monasterios, al graduarse hizo una colecta de cinco bolívares cada uno con la finalidad de entregar placas y de esta manera brindar reconocimiento a dos jóvenes periodistas que les prestaron apoyo durante el aprendizaje. Ese honor correspondió a Angel Gutiérrez Agueros y Mario Cardozo. La promoción llevó el nombre de Jesús Marino Escobar. JVT compartía sus obligaciones como alumno de la Escuela de Jinetes con labores que comúnmente se llama en nuestros hipódromos "cagajonero", es decir, limpiar las camas de los ejemplares y cambiarle la viruta. Labor que cumplió en las caballerizas de Neptali Sánchez y José Rosendo "Che" Fernández. Una labor de menos delicadeza que el de las finas sedas del Almacén Maden.

Juan Vicente Tovar y su promoión de 1973

De esa época nació la amistad de Tovarcito con Camejito, ambos cumplían similares funciones en los establos. Con la diferencia que Camejito no aspiraba ser jinete. Era tanta la camaradería, que compartían lo poco que ganaban. Si el dinero no alcanzaba mas allá de un sandwich, o una empanada, o un refresco, esa era la comida del par de amigos. Si "levantaban" un fuerte, cada uno se llevaba cinco reales. Así funcionó todo hasta que un día Guido Argentino, herrero de profesión, buscaba un aprendiz y vio en Camejito el aspirante idóneo. Le ofreció salario de Bs. 600 mensual, que comparados con los 20 que ganaban ellos semanalmente, era una fortuna. Es así como se produce la ruptura de los "inseparables". La hermandad llegaba a su fin. Ceremoniosamente Camejito se dirigió a Juan Vicente y le dijo: "Negrito, a partir de este momento vamos a probar suerte en forma separada. Cada quien por su lado". Y se convirtió en mano derecha de Argentino, llegando a ser con el tiempo un afamado herrador.

Un buen día, Tovar se presenta a La Rinconada con un lujoso automóvil. Solicita la presencia de Camejito, quien atendió de inmediato el llamado. Tovar le recordó los viejos tiempos. Le hizo un recuento hasta llegar al tema del auto. Le manifestó que ese carro recién lo había comprado con la intención de regalárselo y así pensaba hacerlo. En el trayecto, de la agencia al hipódromo, repaso mentalmente esos días y cuando lo llamo estaba dispuesto a entregarle el presente; pero, repentinamente recordó que al recibir la oferta de Guido, Camejito no lo había pensado dos veces y, tal vez, en forma egoísta prefirió quedarse con la ganancia total y no seguir compartiendo con su amigo. Es así como Tovar se lo recuerda, enciende "la nave" y sale del lugar "picando cauchos", no sin antes manifestarle que se había arrepentido de materializar el obsequio por la actitud de quien hasta el momento era como su hermano.

Pero no fue Camejito el único escéptico sobre el futuro de Juan Vicente. El popular Guillermo Gonzalez, "Chatarra", que dirigió la campaña de jinete aprendiz de Tovarcito. Seria a comienzos de 1974 cuando entra en actividad como jockey, ganando su primera carrera con Soroa un 2 de marzo de 1974. Termina esa temporada con 41 triunfos, no obstante pierde el titulo de aprendiz del año en la ultima semana, cuando su colega Argenis Rosillo lo termina superando por una victoria, sin embargo recibe Mención Honorífica como jinete aprendiz. Con ese cartel arranca 1975 la cual le da su primera victoria clásica, acontecido en la segunda semana de septiembre cuando pasa la meta en ganancia con el ejemplar Arañazo (que era tremendo batacazo) en el marco del Clasico Cavepro. Arañazo, un pupilo de Heberto Castro Pimentel entrenado por Domingo Noguera Mora, derrotó a los grandes favoritos Gran Tiro y Guache.

Arañazo con Tovar sorprendiendo en el Cavepro de 1975

Luego de que ya había sido observado como uno de los novatos mas prometedores de la hípica, y tenia algunos triunfos en su haber, el destino le jugo una mala pasada. En una mañana de traqueos Tovar cayo del ejemplar Sapuare a la pista de "La Rinconada", su pierna derecha quedo en tan malas condiciones que se penso que nunca volvería a montar otro purasangre de carrera. Tovar había demostrado tener la capacidad para ser un ganador, sin embargo, los jinetes construyen su futuro compitiendo y ganando carreras, mientras el estaba postrado en una cama y con la deuda de una casa que había recién adquirido para su madre.

 

Así el pequeño caraqueño se encargo de sorprender a todos con su regreso a las pistas en tan solo cuatro meses. Juan Vicente Tovar estaba dotado de un increíble instinto para tomar decisiones rápidas en la pista y de un tacto preciso para conocer el estado físico de sus montas. Por lo que pronto estuvo de nuevo en los primeros planos, algo que no logro ver "Chatarra" que al JVT obtener este el grado profesional lo abandono, señalando que le seria difícil seguir ganando. Entonces busco la asesoría de otro agente y recibió como respuesta que el individuo le diera la espalda "porque tenia al mejor jinete de La Rinconada y sus alrededores". Luego, cuando diligenciaba la obtención de la licencia para conducir automóviles, conoció a José Angel Torres Velázquez, "Edificio". Terminaba Tovar ese año 1976 como subcampeón de los jinetes, escoltando a la figura del momento, Angel Francisco Parra.

Ya para 1977 domino la situación de principio a fin. Para apoderarse del campeonato de los jinetes con 114 triunfos y de esta manera no dejarlo sino hasta 1992, después de 16 estadísticas, todo un récord a escala mundial. El tiempo, curtidor de la constancia, del deseo, de la dedicación y responsabilidad lo convirtió en el jinete, en el astro que todos conocimos por mas de dos décadas, poseedor de casi todos los récords de nuestro país.

Tovar y Valiente, campeones de 1982

En el año 78 gana la Triple Corona de yeguas con Blondy hecho este que repite en el 80 con Gelinotte y con otra triple coronada gano uno de los tres pasos, se trata de Lady and Me; además estuvo cerca con Inolympia, Trinycarol, The Queen, Luna Pier y Ferd D'Ferh. Gelinotte (Never Bend en Mariachi), la valiente zaina nacida en el año 1977, copo la escena durante el año 1980, cuando se metió en las paginas doradas de nuestro hipismo al conquistar la Triple Corona de yeguas, y gano dos pasos de la Triple Corona Nacional, y cayo vencida para perder en un duelo cabeza a cabeza de casi 500 metros con Sweet Candy por dentro y Gelinotte por fuera en el Derby de Venezuela, ultimo paso de las gemas. Gelinotte defendió los colores del stud "Saltrón" de Alfredo Toledo Guerrero, y siempre estuvo bajo el cuidado del estelar Millard Faris Ziadie, el popular "Musiú", profesional que ha ganado mayor numero de carreras en nuestro hipismo. El astro Juan Vicente Tovar, estuvo sobre la linajuda criolla desde su debut, aunque la primera victoria como potranca la consigue con el fusta Miguel "Tácata" Blanco. Catalogada como mejor dosañera en 1979, al ganar los eventos Edgar Ganteaume y el Ciudad de Caracas. Tumbo el récord de Gradisco, en el mismo clásico "Gradisco", para los 1.400 metros, al cronometrar 83" exactos, marca que tenia para el instante casi 20 años. Se despidió como pistera al arribar en el primer Copa de Oro, ganado por Negresco. A inicios de ese año 1980 Tovar estuvo unos días en norteamérica, especificamente en Hialeah Park, donde participó en algunas carreras logrando un triunfo con Double Accord y dos segundos lugares (uno de ellos con Sceptic, propiedad de Domingo Noguera Mora), bregando con jockeys de la talla de Ángel Cordero Jr.

Los aficionados Zulianos pudieron disfrutar del espectáculo que era Juan Vicente Tovar a bordo de un caballo de carreras cuando en 1981 llevo a Veseli (The Group Captain en Alegoría) a convertirse en el primer Triple Coronado del Hipismo Zuliano, cuatro años mas tarde regreso para repetir la hazaña, esta vez en la silla del gran campeón Tío Cheo (Guapo en La Lucense) con el cual también obtuvo el Clásico José María Vargas de 1986 en La Rinconada Ganando el Clásico Día de la Armada de 1982 con la yegua Val Fleurie (Burgeon en Flying F.), Juan Vicente Tovar paso a liderizar el renglón de clásicos ganados superando a Balsamino Moreira, llegando a 71 clásicos ganados por 70 del recordado látigo chileno.

Tovar ganador!!!

En Valencia gano su primera con Murciano en la jornada inaugural el 25 de marzo de 1983, de esa hípica de Cabriales se recuerda su triunfo en el Hipódromo de La Rinconada con la primera gran Campeona Valenciana Miss Leidy (Clover en Real Prince) en el Clásico General Joaquín Crespo de 1984.

Recién comenzaba la temporada de 1984. Tres semanas sin ganar Tovar. Eran demasiadas para el ritmo triunfador a que el campeón tenia acostumbrada a la afición. ¿Que le ocurre al Negro?, Era la pregunta que giraba alrededor de la fanaticada. Un "slump", se señalaba. La situación preocupaba un poco al líder de los jockeys. ¡De pronto! Repico el teléfono de la quinta Mis Anhelos, de la urbanización Los Naranjos. "Es Luis Aparicio, sé que estáis metido en un slump. Yo pase por eso en las grandes ligas. Mentalízate e imagínate que no esta pasando nada, que estáis ganando seguido, y veréis que pronto vuelves a tu estado natural: a ganar como vos sabéis". El saludo amistoso, el agradecimiento y un "nos vemos en cualquier rato". Coincidencialmente, ese mismo año se programo en La Rinconada el Trofeo "Luis Aparicio: venezolano en el Hall de la Fama". José Angel "Edificio" Torres acompaño al hipódromo al único campocorto latinoamericano insertado en Cooperstown. En el trayecto, Luis recibió un mensaje de Tovar: "Dile a Luis que le dedico la carrera de su trofeo". Ya en plena recta final, al narrador interno no tuvo otra alternativa que afirmar: "Y Sindavad tiene el triunfo asegurado". JVT había cumplido su promesa por intermedio del ejemplar al cuidado de Julio Ayala. Aparicio también debe recordar esa victoria.

La influencia de Tovar en las pruebas correspondientes a la Triple Corona es inagotable. En 1984 condujo a The Iron en el Páez (1.600 metros) y cayo vencido por Indudable, el crack del momento. Posteriormente, con el mismo animal, repitió su segundo lugar en el MAC (2.000 metros), Indudable mantenía sus aspiraciones a la ansiada Triple Corona nacional. Le restaba, apenas, el República de Venezuela en milla y media. Todo señalaba como una autentica fija al caballo que conducía José Padrón y entrenaba Julio Ayala. Juan Vicente envió un mensaje a Manuel Medina (entrenador de The Iron): "Díganle que me prepare al caballo para los 2.400 metros, pues no podemos perder". Medina, sorprendido, atino a decir: "Pero si no hemos podido con ese caballo en la milla ni en los 2.000 metros, ¿cómo le ganamos en 2.400? Sin embargo, obedeció y alargo al ejemplar. Resultado: The Iron venció de tiro a tiro, dejando en el segundo y sin la Triple Corona a Indudable. "Ese negro es un fuera de serie", afirmo Medina inmediatamente a la inobjetable y dibujada conquista.

Nunca antes un jinete criollo la había logrado y solo después de algunas temporadas como profesional Juan Vicente Tovar pudo lograr tan ansiado trofeo. El 23 de junio de 1985, el moreno de San José se adjudico la Triple Corona del hipismo venezolano cuando el ejemplar Iraqui se corono al obtener la victoria en el Clásico "Presidente de la República". Así la jornada fue toda festiva cuando Tovar y el defensor del Stud "Chivacoa" jugaban como favoritos ya que venían de ganar las pruebas anteriores: el "José Antonio Páez" y el "Ministerio de Agricultura y Cría". El "José Antonio Páez" fue un clásico en el cual a Iraquí se le señalaba como una segunda opción asomándose como favorito al invicto Candy Man. Sin embargo Tovar lo coloco a la expectativa y en el codo final se lanzo en búsqueda del triunfo, objetivo que alcanzo con cuatro cuerpos y medio sobre su archirrival. Luego llegó el domingo dos de junio cuando en el Clásico del "Ministerio de Agricultura y Cría", segundo evento de la triple corona venezolana, Iraquí traspuso la línea final de la competencia con mas de cinco cuerpos de distancias sobre su mas cercano rival. Así avanzamos al 23 de junio de 1985 cuando el noble potrillo junto a la leyenda Juan Vicente Tovar obtuvo una convincente victoria que lo catapulto a la historia del hipismo nacional. El pequeño jinete estaba en su momento de gloria, la algarabía fue inmensa y en La Rinconada no se recuerdan mayor alegría, Iraquí se consagraba como el tercer animal en alcanzar la Triple Corona Venezolana, emulaba las hazañas logradas por "Gradisco", en 1960, y por "El Corsario", en 1972.

En el año 1986 gano 17 clásicos en este orden el Alberto Smith (con Napaz), José María Vargas (Tío Cheo), Andrés Bello (Tío Cheo), Día de la Armada (Miss Vereda), Fuerzas Armadas de Cooperación (Winton), El Corsario (Miss Vereda), Cavepro (Winton), Asociación Hípica de Propietarios (Winton), Periodistas Hípicos (Sátira), Simón Bolívar (Winton), Burlesco (Sparrow), Cría Nacional (Winton), Ciudad de Caracas (Imbay), Fuerza Aérea Venezolana (Capaz), Jockey Club de Venezuela (Winton), Comparación (Batiente) e Instituto Nacional de Hipódromos (Capaz).

Un gesto como aquel en la Copa "Klick" de 1986, que era un match entre Adeje (favorito con su gran rival del momento, Angel Francisco Parra) y Sparrow, que para el momento era un buen prospecto. Al momento de la partida, Adeje se quedo en el aparato y Tovar, que había partido sin problemas, al percatarse detuvo a su cabalgadura y se regreso al aparato, para una nueva partida, en igualdad de condiciones. Al final, paso adelante la raya Parra con Adeje y Sparrow quedo segundo, pero la mayoría coincidió en señalar a Tovar como el gran ganador del evento, en un gesto que definitivamente lo enalteció.

Se hizo tan famosa la pericia y habilidad de Juan Vicente sobre un puro de carreras, que en cualquier orden de la vida servia de ejemplo e identificación total. En nuestra época de estudiantes, los compañeros de Universidad, ante la proximidad de un examen, se preguntaban ¿que tema será el de esta prueba? A lo que inmediatamente se respondía. "Estudia, afíncate en las integrales dobles, que son una fija: la lleva Juan Vicente Tovar".

Julio Ayala

en 1987 tenia un caballo que no terminaba de convencer, aun cuando pensaba que se trataba de una las mejores piezas que se alojaba en su cuadra. Segundo, tercero, cuarto, sin que lograra el triunfo. Le cambiaba los jinetes, le modificaba el trabajo, hacia de todo pero continuaban los rabadillazos. Hasta que tomo una decisión: se lo confío a Tovar, "el me dirá si estoy equivocado, si el animal, en realidad, no sirve" decía Julio Ayala. JVT arriba y finalizo cuarto. Luego de la prueba me diría: "Julio, no importa que yo no lo corra mas, pero póngale una gringola a este caballo". No dudo en aceptar el consejo. En la siguiente prueba, el caballo triunfó con facilidad. Siguió su campaña, se convirtió en clásico y obtuvo unas 14 victorias. Hoy, Julio recuerda con la tristeza de la perdida del amigo, el hecho que transformo al caballo que se llamo Sindudar.

Otra vez, a finales de octubre de 1987 y en el restaurant Ponte Vecchio de Las Mercedes, un día (lunes) después del distanciamiento de Gallardete en el Clasico Simón Bolívar, Francisco Morales hacia cálculos de si podía o no ganarle la estadística, con tamaña suspensión sobre su cabeza, al fenomenal Angel Francisco Parra. Servilletas rayadas por todos lados, números de distinta dimensión, en fin cualquier cantidad de dígitos dignos de Pitagoras. Apartando la gran cantidad de cifras, le formulo par de preguntas. "Juan, como haces para ganar tantas carreras? Existe algún secreto?", a ello responde Tovar "Las victorias vienen por la constancia, la dedicación, la disciplina, las metas que uno se traza y ciertas habilidades. El secreto, si es que existe, es el oído." Que tiene que ver el oído con mandar, pegar, apilarse, estribar corto, arrear y toda esa serie de vainas que hacen ustedes los jinetes?, le pregunto de nuevo con bastante incredulidad, a la que Tovar respondió con rapidez y seguridad: "El jinete que no tenga el oído educado, que no sepa escuchar los pasos de los caballos, tanto del que va adelante como los que vienen atrás esta liquidado, no puede medir el alcance de una carrera de caballos". Y le dijo: "Te dedico esta estadística". Parecía increíble. Regreso. Gano 19 carreras de 38 compromisos, terminando primero con cuatro de ventaja sobre Parra. El 1° de enero, al compás del Feliz Año, le recordó: "Te la dedique y cumplí".

El 02 de Diciembre de 1990 fuimos testigos de la más grande hazaña lograda por Juan Vicente Tovar en la pista cuando se creció ante el Mundo para ganar en finales por demás inolvidables las tres pruebas Internacionales como lo fueron las dos ediciones del Clásico Confraternidad del Caribe a bordo del caballo Randy en tiempo récord sobre Super Sergio y la edición para Yeguas en la que impuso a Mon Coquette sobre Stillwater, finalmente la gloria llego cuando en una verdadera demostración de calidad e inteligencia logra imponer al Campeón Don Fabián en la edición 23 del Clásico del Caribe en bonito duelo con el Panameño Espaviento marcando además tiempo récord.

En otra oportunidad, Francisco Morales, almorzando en su casa de Los Naranjos, observo que el Casquillo de Oro de 1977, el primero que gano con un total de 114 primeros, colgaba de un clavo bastante raro y circundado por un marco muy especial. Esa situación le llamo poderosamente la atención, pidió una explicación. Vino de inmediato. "Hace años, en 1976, siendo un aprendiz tuve una rodada que por poco me saca de la película, me deja sin trabajo. Me operaron e incrustaron un clavo en el fémur. Después, ya sin molestias, me lo retiro el Dr. José Lara Díaz. Cargue con mi clavo a casa; y ese que ves ahí es, justamente, el clavo que sostiene a mi primer Casquillo de Oro".

De las 16 estadísticas consecutivas que obtuvo Juan Vicente Tovar (desde 1977 hasta 1992), fue el de la temporada 1982 donde consiguió la mayor cantidad de triunfos con 151 laureles. Cuando Tovar asumió la idea del retiro en 1992, lo hizo por la puerta grande, al ganar su ultima estadística, luego de triunfar con Auriga y cumplir otra monta. Fue tal su firmeza en la decisión, que nadie penso en la posibilidad del regreso. Se dedico al descanso, asuntos familiares y algunos negocios. Para la temporada de 1993 se instauro un clásico en honor a quien logro infinidad de récords en nuestro hipismo y uno a nivel mundial, el de 16 estadísticas consecutivas. Ese año lo gano La Pastoreña y en 1994 lo ganó Prime Tip (Después este evento se degrado a Copa).

Sin embargo, la nostalgia del que hacer diario, la camaradería y competencia del medio, se apoderaron de el y sorpresivamente se reincorporo a actividades con una gran diferencia sobre el resto de los atletas que han intentado una segunda etapa: conseguir el éxito en esa misma temporada, 1995, su primer triunfo con Mariawaleska en una recordada ovación que duro varios minutos desde que entro en la recta final hasta que hizo el repeso, culminar entre los primeros de la estadística y ganar el clásico Presidente de la República, con el ejemplar Colonial (Always Best en Miniprincesa).

Tovar sobre Colonial en el Presidencial de 1995

El astro de los jinetes, Juan Vicente Tovar, al ganar la cuarta carrera del programa del 12 de julio de 1997 en la Rinconada por intermedio del caballo As de Copas, completo 2.300 triunfos en el ovalo de Coche, según minuciosa estadística que maneja su agente José Angel Torres Velázquez, ``Edificio''. El 30 de Octubre de 1997, en horas del mediodía, se cumplió el homenaje pautado por la Comisión Permanente de Juventud, Recreación y Deportes de la Cámara de Diputados en honor al astro de los jinetes, Juan Vicente Tovar León. Una concurrida asistencia pleno los jardines del Palacio Federal Legislativo, donde Juan Vicente recibió la medalla Congreso Nacional de manos del doctor Cristóbal Fernández Dalo, presidente del Congreso de la República. Intervenciones de los diputados Nelson Carrasquero, Jesús Elorza, Apolinar Martinez, Miguel Angel Paz, y del senador Fernández Dalo, enaltecieron las virtudes del homenajeado, enfatizando en la labor profesional del jinete dentro y fuera del hipismo venezolano, agregándose su don de buen ciudadano. Tovar, quien estuvo acompañado por sus familiares y la gran legión de amigos, agradeció, en breve pero concreto discurso, el acto que se le rendía, considerado como el primero que se le otorga a un jinete nativo. Brillo la presencia de otro campeón, de Gustavo Avila, quien fue ovacionado en diferentes oportunidades. Un distinguido asistente que realzo la belleza del acto, haciéndole compañía a su amigo Tovar León. El presidente del INH, doctor Luis Felipe Carbonell, estuvo presente en representación de la autoridades hípicas, así como también un numeroso grupo de propietarios, donde destaco el doctor Federico Carmona Perera, entre otros.

Muchas veces Juan Vicente Tovar León ganó con ejemplares en tiempo récord: Star Light, Abisinia, Gelinotte, Landrea, El Isiro, Ristre, Guadamil, Murciano, Mon Coquette, Don Fabián. Finalmente, en 1998, decide abandonar la profesión, esta vez en forma permanente, su ultima victoria con Express y el ejemplar que cerro las paginas doradas de la vida pistera de quien en vida fuera considerado "El Mejor" fue Locura de Amor, para probar suerte en otras facetas, incluyendo en el campo de la edición de revistas y en la radiodifusión, donde mantuvo su sintonizado espacio Tovar en Linea. Al escucharlo hablar, fue fluido en el conversar. Ante un micrófono emite la opinión que cree valedera, utilizando un lenguaje sencillo con dicción loable, teniendo buen dominio de las expresiones del rico lenguaje castellano.

Juan Vicente Tovar León, su luz cual estrella brillara por siempre sobre los cielos de los hipódromos venezolanos y al contemplarla servirá de inspiración y ejemplo a todos aquellos jóvenes que deseen surgir como jinetes para que entiendan que la grandeza de un hombre no se mide por su estatura, ni por las riquezas materiales que acumule, sino por las hazañas a base de constancia, dedicación, esfuerzo y honradez, las mismas que quedaran escritas con hilos de oro en los libros de gloria de la memoria imperecedera de las generaciones venideras.

Siempre habíamos considerado a Juan Vicente Tovar como un hombre de extraordinaria inteligencia cuando estaba arriba de un pura sangre de carreras. Desde pequeño había observado que éste gran fusta venezolano le agradaba correr en puestos intermedios, es decir, entre los 5 o 6 primeros. Siempre aprovechaba la pelea de dos o más punteros para no desgastar a su conducido, cuando uno de los dos se entregaba, exigía a su ejemplar y lo colocaba en pos del líder. Otras de las grandes virtudes de Juan Vicente Tovar fué que casi siempre buscaba la carrera en el poste de los 600 metros, en donde siempre hacia correr en firme para de esta forma desprenderse en la recta final.

Como ultimo homenaje y bajo enorme emoción, el pequeño Juan Pablo Tovar Celis recibió y alzo la placa que traduce la Exaltación al Salón de la Fama de su padre: Juan Vicente Tovar León, quien en vida fue el jinete mas grande de todos los tiempos, no por el hecho de ganar 16 estadísticas consecutivas en La Rinconada sino por su don de gente y venezolano ejemplar. El 26 de Junio de 2000, a las 7:30 de la noche, en acto que tuvo lugar en el Hotel Tamanaco, se hizo realidad lo que hace algunas semanas se anuncio en los diferentes medios: el jurado calificador integrado por miembros del Circulo de Periodistas Deportivos seleccionó, por vía de excepción, la Exaltación al Salón de la Fama del "multicampeón" de los jinetes y rey de la fusta: Juan Vicente Tovar León, así como a otros destacados atletas del deporte nacional. Y le correspondió a su pequeño hijo, Juan Pablo, en representación de la familia Tovar Celis recibir lo que en vida le fue negado a su papa, pero más allá de todo queda la huella, la hazaña, la gloria, la alegría de un venezolano que se entrego en cuerpo y alma a su profesión, a la afición, al hipismo que es lo que cuenta.

Como ultima anécdota de JVT, Alfredo Iglesias se encontraba en un restaurante de la capital en compañía de su familia y se acerco un mesonero con acento sureño. "Usted es Iglesias, el de los caballos" me dijo, en tono que se debatía entre la duda y la afirmación. Entendió que algún compañero le había pasado el dato y lo enviaba a preguntar por algún "fijo" para el domingo. Cuando le indico el ejemplar que más le gustaba para esa jornada, hizo la salvedad de que lo guiaba el campeón (refiriéndose entonces a Emisael Jaramillo). El hombre, visiblemente emocionado, me respondió: "¡Ah! Si lo lleva Tovar no pierde" Por supuesto, se paso un buen rato explicándole que había fallecido, pero este hecho demuestra que, fuera del hipismo, existía un solo campeón para el pueblo: Juan Vicente Tovar!!!.



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