Por Eric Núñez / Associated Press
09/29/11 9:33 PM ET
NUEVA YORK -- Apenas tenía 20 años, pero su descaro era total y Miguel Cabrera no tardó en dejar su huella.
Frente a Roger Clemens en el montículo, en una Serie Mundial, el entonces novato venezolano ni se inmutó cuando el temible "Rocket" quiso intimidarle con una recta alta y ceñida al cuerpo que lo sacó de balance.
Un par de pitcheos después, Cabrera desapareció la pelota por el jardín derecho, un batazo por la banda contraria, con el que estableció ante la mayor audiencia posible su presencia como un recio bateador.
Sus Marlins de la Florida acabaron consagrándose campeones de la Serie Mundial en el viejo Yankee Stadium, llevándose el clásico en seis juegos.
Han transcurrido ocho años desde ese momento y, a partir del viernes, Cabrera volverá a sentir la adrenalina de un juego de postemporada con el uniforme de los Tigres de Detroit al enfrentar a los Yanquis.
Es otro Yankee Stadium, el que se asemeja a un centro comercial, al otro lado de la calle 161.
"Estar en este escenario, el Yankee Stadium, que es una catedral, eso nunca uno se olvida en la vida", dijo Cabrera el jueves. "La Serie Mundial no se olvida, porque uno nunca sabe cuándo puedas ir otra vez".
Ciertamente ha tenido que esperar bastante para por lo menos regresar a los playoffs.
Florida no ha olfateado esas instancias desde entonces y en diciembre de 2007 lo transfirió a Detroit. Tres meses después, pactó un contrato de ocho años y 153,3 millones de dólares con los Tigres.
Como eje del ataque, la expectativa con Cabrera era ir a los playoffs con regularidad. Pero costó hacerlo. Pasó una campaña, como la de 2009, en la que los Tigres se convirtieron en el primer equipo en la historia que desperdició una ventaja de tres juegos a falta de cuatro por disputar. Detroit perdió un partido de desempate ante Minnesota para quedar fuera.
Por eso, Cabrera valora la importancia de la nueva oportunidad: "Queremos estar en la Serie Mundial, pero hay que ir a paso por paso, y el primero es ganarle a un gran equipo como los Yanquis".
Y sus rivales saben que van a enfrentar a alguien que acaba de conquistar su primer campeonato de bateo, que desde el 19 de julio acumula un promedio de .391 y que completó la campaña con 15 hits en 26 turnos con cuatro jonrones.
"Cabrera", fue la respuesta sucinta de CC Sabathia, el as de los Yanquis que abrirá el primer juego, acerca del mayor desafío que enfrentará. "Es uno de los mejores bateadores de la liga. No puedes permitirle que te gane. Tampoco es el único, tienen varios más en esa alineación. Está Víctor Martínez, está Jhonny Peralta".
También lo dice su manager Jim Leyland.
"Creo que nunca va a dejar un año bueno. Creo que tendrá los años le caigan encima", dijo Leyland. "Es una súper estrella. Es una súper estrella que pone números de súper estrella. Así de simple".
Cabrera cerró la campaña con 30 jonrones, 105 impulsadas y 48 dobles, credenciales que lo han incrustado en la discusión por el premio al Jugador Más Valioso de la Liga Americana.
Pero el tema de laureles es algo que considera sin importancia.
"Ahora no es el momento para hablar de premios individuales. Mi cabeza está puesta en seguir ganando juegos y buscar una Serie Mundial", afirmó.
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